Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

viernes, 4 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintín; El secreto del Unicornio

Ha sido lo que tenía que ser, una absoluta maravilla. Porque no podría haber habido una adaptación mejor. Admitámoslo. Quienes hemos crecido y disfrutado con los álbumes de Hergé hubiésemos escogido, si hubiésemos podido, a esos Hernández y Fernández de nombres Spielberg y Jackson como responsables de llevar al cine al intrépido reportero. Ha ocurrido exactamente lo mismo que cuando PJ adaptó otra obra legendaria. Tras ver El Señor de los Anillos en el cine pensé que no se podría haber hecho mejor. Con este Tintín de cine me ha ocurrido lo mismo. Es el mejor que hubiésemos podido tener, y, yo aún diría más, es aventura en estado puro...


Spielberg se ha impuesto. Y no es casualidad. Hay que pensar que las aventuras que hemos leído de Tintín son lo más cercano a Indiana Jones que hemos tenido el gusto de paladear. Las referencias al arqueólogo son infinitas, pero no por la influencia del director, sino por la que indudablemente tuvo Hergé en los responsables de contarnos las aventuras de Indy. En ese sentido, la presencia de Spielberg detrás de las cámaras de esta peli es la forma de cerrar el círculo aventurero iniciado por Hergé allá por los años 30.

Ha dicho Spielberg en alguna entrevista que tardó en leer los álbumes de Tintín, pero dudo mucho que los guionistas de las películas de Indiana Jones hiciesen lo mismo. Mientras veía Las aventuras de Tintín, estaba viendo otra de Indy, porque había buenos entrañables, malos carismáticos, tesoros ocultos y equis que señalaban el lugar...No había personajes reales, sino una animación de nuevo cuño que se ha mostrado, en mi opinión, como la única forma de trasladar al cine las inolvidables viñetas.

En ese sentido, esta película es la reivindicación perfecta de todo ese tinglado de la motion capture que, no lo olvidemos, nos presentó en sociedad el bueno de Robert Zemeckis con sus Polar Express, Beowulf y Cuento de Navidad. Es una animación mejorada que, como era de esperar, se beneficia de la excelente historia de Hergé y del ritmo trepidante impuesto por el director, toda una montaña rusa de acción en la que quizás yo echo en falta algo de pausa.

Pero casi mejor que sobre a que falte. Este Tintín de cine no permite ni un respiro, salvo en esa maravillosa presentación estival en la que un dibujante callejero retrata a la perfección al protagonista como si fiese el auténtico Hergé. Homenaje entrañable de un Spielberg que recibió en su día la bendición del autor para que su personaje fuese llevado al cine.

Y a partir de ese prólogo, una peli de aventuras inolvidable, un frenesí de acontecimientos beneficiado por el talento de esos tres nombres imprescindibles: un autor de tebeos inigualable, un cineasta inevitable para el proyecto, y un productor que tomará las riendas en una secuela que ya espero con ansia. No falta de nada, bueno, nos falta la chica, pero tenemos a la Catasfiore. Nos falta Tornasol también, pero Haddock (qué carisma tienes cabrón...) se encarga de que se llene la pantalla. Y está Milú, que en la traslación al mundo de Indiana Jones es el sombrero...No te enfades Milú, que ser el sombrero de Indy no es poca cosa: un Fedora que nunca se pierde, que siempre está en la aventura sin hacer mucho ruido, pero que se antoja imprescindible para el disfrute y goce de quienes descubrimos a estos secundarios entrañables con R2D2 y C3PO.

Qué ganas de ver la siguiente, y qué ganas de releer esos tebeos únicos y geniales.

Os dejo, me voy a leer un cómic...o, mejor, he de coger un vuelo 714 hacia Sidney, o un viaje a la Luna, o a una isla misteriosa o...a donde me lleve la aventura...

Mi puntuación en IMDb:9.

Ficha en IMDb

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